En toda la región
sololateca, también existen leyendas de espantos y ánimas en pena. Así, en
Panajachel aparece el Duende que da dinero a cambio de maíz. Cuenta don P edro
Anleu, anciano de lugar, que los que hacen "trato con el duende" se
convierten en "pistudos". Para lograrlo deben dejar un cuarto lleno
de mazorcas secas y tusas para que el duende llegue a traerlas, y deje en su
lugar tinajas de dinero.
En San José Chacayá se afirma que el Duende hace travesuras a las mujeres y a los caballos haciéndoles nudos y trencitas. En Santa Lucía Utatlán se cuenta que para que el duende no haga travesuras, debe colgarse en la puerta de la casa una herradura y una mazorca con tusa, así el duende pasa de largo y no molesta. Reunió a todos los hombres, les habló de religión y pidió que le hicieran una iglesia. Les contó que era San Pablo, que le había gustado el lago y por eso ya no regresaría ael cielo, por lo que quería tener su propia casa. La gente le suplicó que se quedara y le hicieron una iglesia. Así surgió el pueblo de San Pablo en las orillas del lago. Se dice que como San Pablo estaba feliz en el Lago, mandó a llamar a todos los demás apóstoles de Jesús para que descansaran y vivieran en la orilla del mismo "que es tan bonito que ni en el cielo hay uno igual".
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